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La Fimosis es una condición normal de los varones, sin embargo ha sido por muchos años un tema tabú. Conozca más al respecto de esta enfemermedad.
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Consejos para padres

Muchas preguntas se hacen los padres al respecto de la fimosis y de su tratamiento.
En primer lugar debemos recordar que la sabia naturaleza ha puesto el prepucio en su lugar con el fin de proteger el glande del medio ambiente y de los posibles daños producidos por la orina (dermatitis).
Sin embargo en muchas ocasiones es necesario tratar la fimosis y es menester nuestro brindar la mayor cantidad de información al respecto. De la extensa bibliografía publicada y de los diferentes sitios web, hemos resumido la presente información. 
¿Cómo actuar ante la fimosis de un niño?
  1. Se denomina prepucio a la piel que cubre el glande o cabeza del pene de los varones. Cuando la piel del prepucio no se retrae y no expone el glande, se denomina fimosis
  2. El prepucio no se retrae en la gran mayoría de los niños pequeños hasta los tres años de edad. Generalmente esta retracción es parcial, pudiendo existir piel adherida al glande, la cual no causa mayor disconfort en los pequeños. Esta situación es normal y fisiológica. Se denomina fimosis fisiológica.
  3. Como regla general, no aconsejamos ningún tipo de maniobra con el fin de retraer la piel del prepucio de los niños pequeños, ya que si se intenta la retracción forzosa, se pueden producir pequeñas grietas (lasceraciones), cuya cicatrización posterior puede ser causa de una fimosis iatrogénica, lo cual no es infrecuente. Los denominados ejercicios del pene para bajar esta piel están prohibidos.
  4. En el 90% de los niños es factible retraer la piel del prepucio a la edad de los 3 años.
  5. La presencia de adherencias balanoprepuciales forman parte de este proceso natural, no debiendo ser manipuladas. Habitualmente se resuelven espontáneamente cuando los niños abandonan los pañales y con el desarrollo peniano, es decir a medida de que el pene va creciendo, estas adherencias se van liberando de manera natural, sin necesidad de ninguna maniobra.
  6. Si se observa el prepucio con el meato puntiforme y chorro miccional sin esfuerzo o sin dificultad alguna, debe ser considerado normal al desarrollo del niño siendo innecesaria la realización de maniobras para modificar tal situación.
  7. Si ocurriese un episodio de infección urinaria en el niño pequeño, mas aun en los primeros tres meses de vida, deberá ser estudiada su vía urinaria para descartar patología de base asociada o no a estrechez del prepucio.
  8. Si la fimosis se asocia a patología del árbol urinario e infecciones urinarias recurrentes a pesar del tratamiento preventivo con antibióticos, o presenta bacteriuria crónica de difícil manejo a pesar del tratamiento preventivo con antibióticos, la fimosis en estos casos debe ser corregida quirúrgicamente
  9. Si la fimosis no presenta en asociación patología del árbol urinario pero si se asocia con infecciones urinarias recurrentes, la estrechez deberá ser resuelta quirúrgicamente.
  10. Si ocurriese un episodio de infección urinaria, sin recurrencias, y con vías urinarias normales, no es necesario la cirugía de la fimosis.
  11. Se observa con frecuencia la presencia de pequeñas acumulaciones blanquecinas debajo del prepucio, sobretodo a nivel del surco balánico, denominadas quistes de esmegma ,corresponden a secreción sebácea y descamación epitelial que quedan atrapadas entre el prepucio y el glande. Habitualmente son asintomáticas, y se eliminan espontáneamente cuando las adherencias se liberan.
  12. La formación de un globo en el prepucio, en el momento de la micción, condicionado por una fimosis puntiforme, habitualmente no requiere la realización de maniobras para modificar la situación, siendo su resolución espontánea. Salvo que se produzca alteración en la emisión de la orina con rémora y aparición de infección urinaria, la resolución deberá ser quirúrgica.
  13. La asociación de fimosis con balanopostitis recurrente, es indicación de tratamiento quirúrgico de la estrechez del prepucio.
  14. Solo se indican maniobras manuales de retracción del prepucio a los niños mayores de seis años, como parte su higiene corporal habitual.
  15. La fimosis manifiesta mas allá de los seis a siete años deberá ser corregida quirúrgicamente.
  16. Aquellos niños mayores que presentan dificultad para orinar, será necesario descartar la asociación de fimosis con otras patologías.
  17. El examen de rutina de todos los adolescentes debe incluir la exploración de los genitales. El interrogatorio debe ser dirigido para descartar la presencia de dificultad durante la micción y el acto sexual.
  18. No olvidar, todo niño que presente fimosis debe tener resuelto su problema del prepucio y ser capaz de higienizarse el glande, con el comienzo de la pubertad.
  19. La presencia de fimosis no tratada luego de la época puberal, actúa como factor predisponente del cáncer de pene en la adultez.
  20. La parafimosis, es una situación de urgencia médico quirúrgica. Se produce como consecuencia de haberse rebatido la piel del prepucio en presencia de un anillo balanoprepucial, siendo dificultoso modificarlo o reducirlo. Si el mismo lleva poco tiempo de evolución y el edema no es importante se puede intentar la reducción manual aplicando previamente un anestésico local y/o sedación. La técnica consiste en la expresión suave de la cabeza del glande, intentando introducirlo con ambos dedos pulgares y los dedos restantes tratan de llevar el prepucio hacia delante. Si no se logra la reducción manual debe realizarse tratamiento quirúrgico de urgencia sin perder mucho tiempo.